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20.10.06

kricfalusi, éste no es tu Yak

I
Una vez dijiste algo y no te escuché, te ignoré. Otra vez me dices lo mismo e intuyo que esto va pa' largo, mi sordera ante tus palabras. Paramos al borde del abismo y mientras tu seguías tu cantaleta, me arrodillé a llorar como un bebé, como el de atrás, como el que se quedó en el asiento trasero dormido y nunca escuchó lo mucho que discutimos y el sismo de un amor que se rehusa, a como de lugar, a acabarse como se ha terminado todo en este mundo trocado en basurero.

II
Desde el fondo del desfiladero trepé como araña ebria, feliz. Agarrándome década, de cada una de tus rocas, metiendo mis ocho pezuñas en tus multiplicados orificios como criatura macho zalamero, sonriente en la subida número cuarentiocho, imaginándome tus pechos como castañas, sabiéndome incompetente en mi oficio de querendón comodín; un desliz que confrontó el Yak, el mocho que me digo cuando amanece y sueño con el Yak desconocido y reconocido número trece.

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A veces sólo miento, nunca jamás seré héroe de otra pesadilla, objeto de tu kamasútrica silla. Prefiero ser los pelos parados detrás de tu cuello, en la nuca.

19.10.06

sí, es una foto (los fantasmas)

I think I lost it
let me know if you come across it
let me know if I let it fall along a backroad somewhere
Lucinda Williams


¿Quién la tomó y por qué? Qué decisión espontánea nos empujó a los tres desa manera; humo, alcohol, sexo o una almohada que pudiste morder todas las veces que quicistes mientras yo jugaba a buzo de perlas perdidas.

18.10.06

aguacae

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la lluvia, el chubasco, el aguacero, ninguno compite con la probabilidad de un grifo viejo con varios boquetitos tapaos, tiene que haber más, tiene que fluir el líquido resbaladizo que me empapa el viaje y moja la película, produciendo imágenes borrosas, a saber si escabrosas pero de una manera fiel al acto de la pureza de porcelana, el slippery when wet de tu despedida, el resbala cuando mojado de tu carretera privada sin pavimentar las cosas que nos separan, aquí, bajo la lluvia, estoy incumplido, en olvido voluntario sin la soltura de una espesura más personal de lo que puede ser un relámpago de sed, deseo, decantilado sobre la mesa como un derrame romántico entre dos supuestos consentidos... me abrirá el pecho para desgarrarme el agua acumulada que le estoy guardando en el lecho derecho de mi tórax voraz e insaciable. O quizás me parta con su sable semántico de sesiones secretas en terceros pisos. no importa, lo mismo me da, lo único que quiero es salpicar como el agua de una ducha en tu matre de lozetas desnudas....

17.10.06

tú sabes

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Cuando los demás se retiran
escapan por cualquiera de las
puertas posibles, el silencio
que permanece entre nosotros
es húmedo, radical, imán
defectuoso que no atrae
los cuerpos sudorosos, las
miradas intensamente abiertas
los muslos como un mar rojo
ante el tímido moisés con su
arbusto ardiente, hay roces
y hay golpes, difícil decidir
lo que prefiero, las referen-
cias de tus indecencias
sin el dulce de los labios
secos, el sublime vaho de
bragas rechazadas, ropas
desechables, piedras ente-
rradas en tus rincones
relucientes, lluvia y árbol
bramido imaginado aden-
tro de ti, donde el mundo
mundial se disuelve en
oscuridad solidaria, rayo
de lado y al derecho, re-
lámpagos de lágrimas,
de orgásmicos rodeos
y acertados escondites
descubiertos primero
en la sala, perfeccionados
en el balcón y rendidos
en la hamaca polvorienta
hecha harapos por otros
gatos que ya no nos per-
tenecen, tumbados y
entrelazados rechazando
por fin el silencio obligado
de un inicio desatado mil
páginas atrás, dejando
en manifiesto la imperfección
de mi sexo, su tendencia
a la siniestra y su tortura
recién nacida incompleta.
No es tu culpa, me dices, que
su curvatura entre en mi órbita
con un descaro delicioso
y se bandee entre las pare-
des de mi deseo enmascarado
invisible, asequible sólo por tu
imperfección. No te atrevas
sacarlo y me agarras las
nalgas indignada, rabiosa
como la más sabrosas de las
retiradas, como el más sabio
de los exploradores y con la
actitud desconcertante de
un pirata erecto entre el
embarre de tus olas carnales.
Quiero penetrarte ahora
para siempre ser el último
en marcharse y el primero en llegar
tu sexo es el peor de
mis vicios y el único que
me niego a descartar, sino
que mejor me entrego, entro
y promuevo pecados desde
lo más adentro, desdel lado
nuevo de este desastre
convertido en sublime
paroxismo de astros en
movi(miento) una y otra vez
te arranco el presente
sucio para clavarte un
futuro errante y constante.

¿Estás seguro? Como si
tuviera alguna importancia
otra cosa que no sea la intoxicación
de tu entrañable sustancia
tu molicie interior, mi hogar.

No sabes nada, me dices
entre gemidos y apretones
compulsivos, no tienes idea
y te vuelco, bocabajo, para
darte parte de lo poco que sé.

la receta de pedrúfalo



Así es como va la receta:
(siempre al son de un CD querido)

Caminas hasta la Plaza Rub-a-Dub
escrutamos el perímetro con ojo certero
y dedo -- no queda más remedio -- mojado

Así calculamos las chapas, la marea y el viento
las piernas y los pasos, el café y el hielo
y lo más importante, el sol y la sombra

(por poco escribo ''broma'' en vez)

Entonces ya tenemos el caldero
los ingredientes van llegando
uno a uno, una a una, en bonche
lo cocinamos todo a fuego
lento, por supuesto, paque
sepa tan rico como lo queremos
¿no?

los fantasmas