Ahora mismo se encuentran los temponautas --que se dieron de voluntarios para un viaje tan peligroso-- en la estación de University Gardens para emprender el susodicho vuelco temporal en busca de las contestaciones a todas esas preguntas que nos aquejan; no D. Adams, no nos conformamos con un simple 42, aún cuando significa el aumento en los libros antiguos de oriente. No se desilusionen, y si quieren añadirse a la lista de voluntarios, recuerden que los temponautas primerizos tienen que ser vírgenes, porque sino pueden regresar con crías del futuro o como una cría ellos mismos desde el pasado. A veces ni regresan porque una mariposa batió sus alas moribundas en la red de un coleccionista y sus progenitores entonces nunca se conocen. Obviamente, preferimos huérfanos, pero no de esíritu (conmigo basta) porque lo pueden perder también a cuando quiera que viajen en el tiempo.
Y tampoco olviden que el único modo de transportación obligatorio que tienen que llevar es un skate. He aquí como acabó el skate del que compuso el granito de arroz, y esto sólo después de utilizarlo sólo una vez:
3.11.06
el retorno del temponauta
Perdidos entre décadas decadentes del futuro, ayer regresó nuestro querido loser y nos remitió un diminuto informe (o para aquellos más tradicionales; reporte) y digo diminuto porque lo único que encontró a modo de pergamino, si es que podemos usar esa palabra después de todo, fue un granito de arroz y como tinta, nada más y nada menos que su propia sangre, si eso es lo que es, y para diluirla y que no fuese tan espeza, la mezcló con los líquidos que supuran cientos de cucarachas decapitadas, con gusto de corte Zen, nos informó, porque las cucarachas decapitadas no mueren hasta después de siete días, porque ya no pueden comer ni beber agua. La tinta se transformó en una algo amarillenta, o como dicen por ahí, bone white. Nos tardaremos por lo menos un siglo en lo que desarrollamos la tecnología necesaria para no sólo poder leer el manuscrito en dicho granito, sino también para reproducirlo en muchos más granitos de arroz.
nuestro querido loser
Pero no se frustren, la Temponáutica nos permite viajar hasta dos siglos al futuro, cuando ya los granitos serán standard en todas las naciones emergentes (al parecer esto se debe a un tipo de cataclismo que ocurrió durante una de las carreras del Tour De France y decimó las naciones modernas que conocemos hoy día) y podremos brindarles el informe Sello Rojo, como lo hemos denominado aquí, a todo lujo de detalles.
nuestro querido loser
Pero no se frustren, la Temponáutica nos permite viajar hasta dos siglos al futuro, cuando ya los granitos serán standard en todas las naciones emergentes (al parecer esto se debe a un tipo de cataclismo que ocurrió durante una de las carreras del Tour De France y decimó las naciones modernas que conocemos hoy día) y podremos brindarles el informe Sello Rojo, como lo hemos denominado aquí, a todo lujo de detalles.
31.10.06
fern
por Xoél González 1994
I fell and hurt myself, can you hand me a bandaid honey, I need your purple lips to heal my open cut that is if you don´t mind of course I'll give you love in fact the blood spilled on the carpet washes off with temptation, the urge to hold you between my nails, caress you, hurt you without pain, to watch the sky together in the books you read.
I fell and hurt myself, can you hand me a bandaid honey, I need your purple lips to heal my open cut that is if you don´t mind of course I'll give you love in fact the blood spilled on the carpet washes off with temptation, the urge to hold you between my nails, caress you, hurt you without pain, to watch the sky together in the books you read.
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