1. m. (lit.) De uso más bien plural que describe los pequeños grupos transeúntes que suelen aglutinarse a orillas del lago y demás lugares durante y luego de una tormenta de nieve. Una vez constituidos de forma espontánea, estos colectivos se desplazan de modo aleatorio por la ciudad en una especie de trance inducido por la constante caída de copos de nieve. El distinguido investigador Ona Neesmo - en su clásico estudio sobre las diferentes clases de nieve en América - identificó los paralelismos entre los nieverrantes y los mismos copos de nieve; ambos suelen tropezar entre sí para formar copos, y por ende grupos, mayores y más complejos. Una vez los nieverrantes alcanzan una masa crítica vuelven a deshacerse - 'derretirse', si me lo permiten - y se reintegran al fluir peatonal de la ciudad. 2. m. (fig.) En términos coloquiales refiérese al estado anímico entre la nostalgia y la expectativa que suele acompañar las nevadas prolongadas y la cual se manifiesta a través de una disposición a dejar a un lado cualquier responsabilidad para rodar sobre, jugar en y embarrarse de nieve en cuanto nos damos cuenta de que está nevando. 3. adj. Utilícese para describir la repentina necesidad de deambular a través de un paisaje cubierto de nieve; La nieverrante sensación acabó por vencerlo antes del amanecer. (Cervantes, M. -- Las postrimerías de la Triste Figura, 1660, inédito). 4. m. Serie de soliloquios o discursos declamados sin aviso a causa de una repentina nevada, la presencia de un interlocutor es irrelevante.
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