la semilla parda

Desde la otra costra nos llegan los aullidos insomnes del burgo, del vulgo, del vulvo inexplicable que nos acecha una gleba flemática y supurante que pulula al derredor de la nada y al sur de lo mismo de siempre, 'ñeta por qué siempre es lo mismo, aún en la otra costra? y así empezamos, acongojados, mocosos, botando el bofe por la nariz. no creo que sea lindo ni agradable, sacarme o secarme las babas en público, pero bueno, algún día tenía que suceder... tengo que avanzar, el rash ya me llega casi al pecho, cuando me llene el cuello, me podré olvidar por fin de este calvario a base de carbón.

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